Ayer, 20 de Enero de 2017, recibimos una noticia, triste, impiadosa, y cruel. Es que quien estaba involucrado en ella, era una persona que trabajó mucho para los Aeroclubes del país y de países vecinos, llevándoles solo lo que con pasión y maestría, sabía hacer. Volar los cielos y hacer volar con el corazón, a los que miraban desde abajo. Los niños, ese público tan exigente pero a su vez, el más proclive al vuelo que llega al alma, volaban con el, en cada maniobra que dibujaba en el aire. Se nos fue César, y aún sobrellevando este dolor terrenal, no queremos ser egoístas, porque sabemos que ya está junto a su “Principito” Antonio, fundidos en un interminable abrazo, llenos de besos y caricias. Te entendemos César, ahora el que está en la Paz del Señor, sos vos, y quienes quedamos en este mundo, acompañaremos este dolor tremendo e interminable de tu esposa Rosana y tu hija Emilia.
Vuelen eternamente Antonio y César, formados bajo el paño Celeste y Blanco, orgullosos de haber pasado por esta vida sembrando amistades y sueños. Guíen nuestros vuelos, y llevenle una flor a nuestra Madre Celestial, la Virgen de Loreto. Que así sea.
Que Dios lo tenga en su gloria y sea el ángel que protege a los pilotos en cada vuelo…..le doy mi pésame a la familia!!
Si había un referente para mí en la aviacion,ese era cesar faristoco. Todavía no lo puedo creer. Mis condolencias a su familia.
Q.E.P.D. UN GRANDE DE LA AVIACIÓN ARGENTINA