Y el final, llegó…

Con nada de sorpresa, recibimos la noticia de la renuncia de la Administradora Nacional de Aviación Civil (ANAC), y la sombría situación en que deja a la Aviación General del país. Esta noticia ha generado una gran inquietud en nuestra comunidad aeronáutica, ya que nos enfrentamos a un futuro incierto mientras nos percatamos del marcado desasosiego que embarga a aquellas/os valiosas/os funcionarias/os y profesionales dentro de la ANAC, que han sido testigos de la gestión saliente.

Desde su ingreso en 2019, se nos prometió una gestión inclusiva y participativa que involucraría a todos los actores de la Aviación General en una amplia mesa de trabajo. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que la atención de la autoridad aeronáutica se centró más en la apariencia que en las acciones concretas. La desidia en la gestión ha llevado al desperdicio de un capital humano valioso que, sin duda, podría haber contribuido significativamente al desarrollo y fortalecimiento de la Aviación General en nuestro país.

Quedó demostrada que la principal y única preocupación de la funcionaria, fue, ser una propaladora y agente de viajes de Aerolíneas Argentinas, cumpliendo mandatos políticos en lugar de abordar las necesidades integrales de la aviación civil. Este enfoque sesgado ha dejado a la Aviación General en un estado de abandono que lamentamos profundamente. No quiso, no pudo o no supo reconocer a la Aviación General, como el motor de la aviación civil argentina, NO AEROCOMERCIAL, que precisamente se nutre de aquella.

Desde la Federación Argentina de Aeroclubes (FADA), integrando la Unión Aeronáutica Argentina (UAAR), advertimos oportunamente sobre la crítica situación que se vivió y vive en nuestra actividad y sobre sus resultados, es por ello que nuevamente renovamos nuestro compromiso de colaborar con quienes sean designados al frente de la ANAC. No obstante, no podemos dejar de destacar la urgencia de cambios sustanciales en la gestión. Estamos convencidos de que es imperativo superar los errores del pasado y establecer un enfoque más equitativo y comprensivo para garantizar el bienestar y desarrollo continuo de la Aviación General en Argentina.

Lamentamos la pérdida de oportunidades durante la gestión saliente y confiamos en que los nuevos líderes asumirán sus roles con una visión renovada y una verdadera dedicación al progreso de la Aviación General en nuestro país. FADA, junto a la UAAR, estamos dispuestos una vez más, a colaborar activamente para lograr estos cambios necesarios y garantizar un futuro próspero para la Aviación General en Argentina.

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