Colegas y amigos de la comunidad aeronáutica,
Cada 5 de noviembre, nuestra bitácora del cielo marca una fecha que va más allá del calendario. Conmemoramos el nacimiento de Aarón Félix Martin de Anchorena Castellanos, el hombre que, un 25 de diciembre de 1907, elevó el globo “Pampero” y, con él, elevó el sueño de toda una nación. Ese vuelo no fue solo una hazaña; fue la partida de nacimiento de la aviación civil en la República Argentina.
No podemos dejar de maravillarnos cómo el espíritu de Anchorena, esa mezcla de audacia, visión y una inquebrantable fe en el progreso, se ha perpetuado. No somos una nación que mira al suelo; somos una nación que, gracias a él y a los pioneros que le siguieron, aprendió a buscar su destino en el horizonte.
Hemos visto cómo esa pasión se transforma en noticia, en conexión, en servicio. La aviación civil es el sistema circulatorio que une a un país vasto y desafiante. Es la que lleva un médico a donde no hay caminos, la que permite el desarrollo de economías regionales y la que, en un mundo digital, sigue siendo el vínculo físico fundamental.
Pero hoy, queremos hablarles desde el corazón. Queremos hablarles de dónde nace esa vocación.
El corazón federal de nuestros sueños…
Hoy, esa misma llama de los pioneros arde con más fuerza que nunca en un lugar fundamental: nuestros Aeroclubes.
En esta jornada especial, nuestro saludo esperanzador va dirigido a ellos. A esa verdadera red nacional, tejida con esfuerzo, voluntarismo y una pasión que desafía toda lógica económica. Desde la puna hasta la Patagonia, los aeroclubes son la cuna, el primer hogar de todos los que alguna vez sentimos el llamado del aire.
Son mucho más que pistas y hangares. Son las aulas donde un instructor comparte su sabiduría; son el taller donde se cuida con mimo la nobleza de un avión escuela; son el lugar donde los chicos de cada pueblo se acercan al alambrado, no solo a ver aviones, sino a ver su propio futuro.
En cada “primer vuelo solo”, en cada mate compartido en la “oficina de vuelo”, en cada comisión directiva que trabaja ad honorem para mantener las puertas abiertas, reside la verdadera esperanza de nuestra aviación.
Un mensaje de esperanza…
Sabemos que los tiempos nunca son fáciles. Pero si algo nos enseña la historia de Anchorena, es que los grandes vuelos comienzan desafiando la gravedad.
A cada estudiante que hoy está sumando horas con esfuerzo, a cada instructor que forma con profesionalismo y seguridad, a cada mecánico que garantiza el vuelo, y a cada dirigente de aeroclub que gestiona contra viento y marea: ustedes son los herederos directos de ese espíritu pionero.
Que este Día de la Aviación Civil nos encuentre unidos, con la mirada puesta en el futuro, pero con los pies firmes en la defensa de esos espacios, como los aeroclubes, donde se forjan los ideales y las esperanzas. El futuro de la aviación civil argentina no está en otro lugar más que en ese semillero.
¡Feliz Día de la Aviación Civil Argentina para todos! Que tengamos siempre buenos vientos y un horizonte despejado.
Comité Ejecutivo de la FADA
Como ex representante del Aero Club Bariloche en FADA saludo cordialmente a Todos los Amantes de la Aviación.